lunes, 8 de octubre de 2012

¿Soy yo el que vende o es mi marca la que atrae los clientes?

Esta vez incorporo un gran post de Juanje Molina desde http://conunplanbajoelbrazo.wordpress.com/2012/04/27/soy-yo-el-que-vende-o-es-mi-marca-la-que-atrae-los-clientes/



Quiero reventar un concepto, pero que no parezca incendiario o agresivo, es por tu bien. Puede parecer hiriente pero reitero, lo hago por ti.
Empresario dueño de una Pequeña o Mediana empresa, deja de creer que tu empresa va a funcionar solo por lo bien que lo haces. Eso lo pensará tu círculo más cercano. Pero no todos.
Una vez dicho esto, quiero comentar y reflexionar el porqué de este postulado.
A menudo me encuentro más y más empresas en las que intento buscar dónde está su estrategia de comunicación y branding y siempre me encuentro lo mismo. Marcas inertes que no comunican. Se encuentran congeladas en una zona fría de la empresa y nadie hace nada por darle calor para que sobreviva.
Este hecho se da sobre todo en las PYMEs ya que identifican el éxito de su negocio directamente con su actividad física y no por la imagen que transmiten o pueden transmitir hacia el exterior. Por lo tanto para ellos una Marca no es más que un elemento visual que debe estar ahí porque sí y que no va más allá de un rótulo o unas tarjetas de visita. Esto conlleva a una mala planificación en la comunicación y una frenada en su crecimiento corporativo y al entendimiento de los valores que transmite.
Un negocio funciona cuando los consumidores identifican a través de la marca los valores y atributos que la empresa quiere transmitir y su forma de comunicar.
Los consumidores se mueven por hábitos de consumo. Estos hábitos se basan en la discriminación de marcas que no le dicen nada.
La forma de gestionar esta discriminación es sencilla. Soy asediado a diario por miles de marcas que intentan penetrar en mi mente y quedarse a convivir conmigo, pero muchas de ellas no consiguen “enamorarme a primera vista” porque no me dicen nada.
Una marca que no transmite es una marca que cuando se pone frente a mí la aparto y continúo mi camino.
Una marca que transmite y enamora es aquella que al ponerse delante mía me ofrece un diálogo personalizado, se identifica con mis gustos y mis inquietudes y me ofrece soluciones a todo lo que deseo y necesito.

Si yo como empresario me conformo con tener una marca que no transmite…
¿Realmente conseguiré crecer y fidelizar un nicho de mercado? ¿Me vale tan solo “el buen hacer de mi trabajo”?
Las PYMEs deben luchar y pelear por enamorar. Emocionar. Identificar a los consumidores y darles un valor añadido. Una necesidad. Una ayuda. Un apoyo… En definitiva, atraer al cliente hacia mi marca y que la acepte e integre en su día a día.
El consumidor es el que recuerda una marca y decide consumirla. Nosotros no podemos obligarles a consumirnos. Es importante dejar de pensar que somos nosotros los que comunicamos y conseguimos las ventas.
Nosotros, como empresarios o empleados, nos encargamos de finalizar el proceso de consumo que inicia la marca. Somos el apoyo físico en la relación del consumidor con la marca.
Por lo tanto debemos integrar nuestra marca dentro de la planificación estratégica de nuestro negocio y darle la posición que merece y no darle de lado.
Si damos de lado a nuestra marca, daremos de lado a nuestras opciones de crecimiento y fidelización.
Si hacemos un buen uso de nuestra marca y conseguimos identificarla con las necesidades de nuestros consumidores, conseguiremos aumentar el volumen de nuestro negocio.
Por lo tanto te invito a descongelar tu marca y que le des calor y apoyo. Ella te lo agradecerá.

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