lunes, 5 de septiembre de 2016

Obsolescencia Programada ¿que hay de cierto?

Muy probablemente el primer homínido capaz de fabricar una herramienta jamás pensó en la posibilidad de sustituirla en un numero determinado de usos, tampoco imagino que aquellos aperos medievales que se heredaban durante generaciones, bien fuera la espada de caballero, el yunque del herrero o el arado de campesino tuvieran ese pensamiento, entonces ¿Dónde comenzó la creencia de que cambiar los bienes y pasar de ser un valor patrimonial a un gasto imprescindible era una cosa buena?

Imagen de Evelio Gómez



La respuesta esta en Estados Unidos y los años 30 del siglo XX, tras la crisis del 29, el consumo estaba en niveles agónicos y como no puede ser de otra manera algunos medidas de aquella época han llegado hasta nuestros días como la protección a los trabajadores, pero también las pautas de consumo y las estrategias de venta. Fue el comerciante Bernard London el que llego a proponer una ley por la cual todos los productos tuvieran una fecha de caducidad, real y esperable, de manera que el consumidor no tuviera mas remedio que adquirir un nuevo bien , la ley no salió adelante, peeeero...¡ eso no significo que los productos no llegasen al mercado con una vida limitada! de hecho una década antes, se dio el caso de los fabricantes de bombillas que redujeron la vida útil de sus bombillas en un 50%, caso similar al de los "pantys" de nylon, prácticamente indestructibles en sus inicios y en la actualidad un bien de usar y tirar.


En lo que respecta al mercado de las impresoras y multifunciones, ya conocemos que a un determinado numero de paginas empiezan a fallar y la recomiendan el cambio de impresora por el elevado coste de la reparación. Esta política comercial especialmente utilizada por Epson en consumo y por Xerox en equipos MFP va acompañada por el mismo modus operandi en cartuchos de consumible que el usuario tiene que tirar aun con tinta o toner por que es un chip el que decide cuando se puede o cuando se deja de imprimir.


A esta doble realidad tenemos que añadir la obsolescencia tecnológica, tener un equipo de impresión que no soporta la migración del usuario a Windows 8, le obligara de nuevo a sustituir el equipo. La actualización de determinadas aplicaciones de software deja obsoleto el soporte del equipo que lo usa y obliga a cambiarlo, las baterías incrustadas en dispositivos que mueren a la vez que las propias baterías...


Claro que según se mire, habrá voces que clamen ¿ dónde irán a parar esos trabajadores que llenan las fábricas generando nuevos ordenadores, frigoríficos, lavadoras,…? ¡No podemos eliminar puestos de trabajo! Menos en la situación que estamos, claro. Pero en mi humilde opinión, esto sigue siendo una practica poco ética, máxime si tenemos en cuenta  ¿ cuántas de estas cosas se fabrican fuera de nuestras fronteras, en lugares donde no existen derechos laborales (por no hablar de otro tipo de derechos) y la explotación es también infantil?

Es evidente que la obsolescencia programada es una herramienta más para instrumentalizar al ciudadano, relegándonos al papel de consumidor. Y pese a ello, ya hay quienes se levantan en contra de esta práctica. En España ha nacido el movimiento SOP (Sin Obsolescencia Programada) con el fin de crear productos duraderos y más respetuosos con el medio ambiente y que puedan arreglarse, en vez de desecharse.

La cuestión de fondo va mas allá cuando nos cuestionamos, la necesidad de comprar y sobre todo de sustituir ¿ que ocurre con nuestro viejo equipo? Hoy me he levantado con la intención de remover conciencias, aquí os dejo este video...¡ portaos bien!





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